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SILVIO CRESPO CHASCO
El día 2 de octubre de 2023 falleció en Estella a los 93 años de edad el azueluco Silvio Crespo Chasco.
Fue Silvio uno de los integrantes de esas familias numerosas que en Azuelo proliferaron en el primer tercio del siglo XX; nada más que nueve hermanos fueron los hijos de Boni (Bonifacio) y Sabiniana: María, Salvador, Realino, Francisco, Milagros, María Paz, Silvio, Jesús y José. A día de hoy sólo queda con vida Jesús. Una familia de agricultores y pastores, las dos únicas actividades laborales que entonces había en nuestro pueblo. Hoy sólo queda un labrador y ningún pastor.
Silvio lo que mejor sabía hacer era trabajar en lo que fuese, ya que desde niño se enganchó a los trabajos de casa, el campo y el ganado. A su regreso de la mili también hizo sus pinitos en la ciudad y se fue a Logroño a servir vinos en el bar La Bombilla, que regentaban sus hermanos Paco y Realino, pero como Paco Martinez Soria dijo “La ciudad no es para mi” y desposado ya con la bargotana Consuelo Vicente, regresó a nuestro pueblo para hacer lo que mejor sabía, cultivar la tierra y criar ovejas. Este matrimonio tuvo siete hijos Ana María, Angel, Flor, José Ignacio, Alberto, Silvio y Fernando.
Silvio cultivó las escarpadas laderas de las tierras de Azuelo, con caballar araba y sembraba, y a mano recogía la cosecha con la hoz. Su constitución física, ya desde chico, le permitía hacer borrumbadas que él recordaba y se jactaba de haberlas realizado, como de la que pueden dar fe Pedro y Manolo, los hijos de Pedro, que un verano que cayó enfermo su padre, Silvio les ayudó a recoger la cosecha y en una mañana se ató más de mil haces de hacillos de la “filomati” de Manolo que los dos mozos le iban colocando. Sus manos encallecidas por el duro trabajo del campo acariciaron más de mil ásperos espartos. Con la hoz era único, capaz de hacer la tarea de dos peones en un día, así que cuando iba a jornal en verano se lo rifaban.
A Silvio lo que más le iba era el ganado. Las ovejas eran su pasión. Fue pastor de corral y de campo. En el corral criaba los corderos que se quedaban huérfanos o de partos dobles. En el campo las ovejas comían los pastos más frescos y tiernos. En el campo metía muchas horas, pero en el corral, muchísimas más. Eso sí ayudado por su mujer en el corral y por sus hijos en el campo. Llegó a tener un rebaño que sobrepasaba el millar de ovejas. Sus hijos, Angel, Ignacio y Silvio tuvieron buen maestro en su casa y a punto estuvieron de hacerse con todos los pastos del valle aumentando los rebaños de ovejas pero los mozos optaron por irse a la ciudad y recalaron en Pamplona. Silvio, ya entrado en años y no pudiendo gobernar el gran rebaño de ovejas lo vendió y se fue con su mujer a vivir a Logroño, recordando sus años mozos, ya que hizo la mili en aviación en Recajo. No olvidó sus raíces y en Azuelo se dedicó a cultivar la mejor huerta del pueblo situada a pie de la fuente de La Calzada, ahora la gobierna su hijo Silvio. La huerta más fotografiada de todo el pueblo. Todos los visitantes que llegan al pueblo a visitar el Monasterio, la primera foto es para la huerta, la segunda para el lavadero de La Calzada y la tercera para el Monasterio. Las hierbas le tenían pavor y no aparecían por allí, todas las verduras y las sabrosas patatas alegraban la vista de los curiosos, siendo un placer admirar el trazado y cuidado de la huerta, tanto que llamaba la atención de propios y extraños.
El trabajo y dedicación a su pueblo le fue reconocido en dos ocasiones por la Asociación Santa Engracia de la que ha sido socio toda su vida desde su fundación en 1975 participando en las actividades que programa a lo largo del año. El año 2006 se le reconoció su trabajo como pastor entregándole la estatuilla de un cordero y el año 2008 como labrador de Azuelo entregándole dos espigas de vidrio. Superó adversidades como cuando la termita atacó su casa y la hubo de reconstruir toda de nuevo siendo distinguido en 2010 con el primer premio del Concurso de Embellecimientos de Pueblos de Tierra Estella del Consorcio Turístico de Tierra Estella. En 2022 participó en el programa Tiramillas de Navarra Televisión “vendiendo” su pueblo a toda Navarra
Silvio, se ha ido y con él se va esa generación de azuelucos que fueron forjados con el rigor del duro trabajo del campo que hacían con frío, lluvia y calor de sol a sol desde el amanecer hasta el anochecer y en verano desde antes de amanecer.
La Asociación Santa Engracia envía desde aquí sus condolencias a su esposa Consuelo, a sus hijos Ana Mari y José Javier, Angel, Flor y Francisco, José Ignacio, Alberto y Mª Rosa, Silvio, Fernando y Eva, a sus nietos, biznietos y demás familiares y les acompaña en estos días tan difíciles para ellos. Para todos ellos un abrazo