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MARIA PAZ DIAZ DE CERIO CRESPO

El 25 de junio de 2022 falleció en Vitoria a los 79 años de edad la azueluca María Paz Diaz de Cerio Crespo
01 Agosto, 2022

El 25 de junio de 2022 falleció en Vitoria a los 79 años de edad la azueluca María Paz Diaz de Cerio Crespo
Mª Paz era hija de Julián Diaz de Cerio y Daría Crespo. Este matrimonio tuvo dos hijos más, Jesús Mari, ya fallecido, y Carmen. Daría enviudó joven y quedó con sus tres hijos pequeños. Su marido, Julián, era guardia civil y estaba destinado en Isaba (Navarra). Al fallecimiento de su marido, Daría regresó a su pueblo, nuestro pueblo, donde se le concedió la licencia de estanco que ella complementó con una tienda de ultramarinos.

Con la tienda de ultramarinos y el estanco pudo sobrevivir, ya que tenía pocas fincas agrícolas, que gobernaba su hijo Jesús Mari ayudado por alguno de sus tíos. Mª Paz y su hermana Carmen fueron al colegio de Huérfanas de la Guardia Civil Marqués de Vallejo en Valdemoros (Madrid). Con el éxodo rural de finales de los sesenta del siglo pasado, Daría tuvo que cerrar la tienda, vendió su casa y emigró con sus hijos a Vitoria donde se establecieron en busca de poder ganarse la vida en la ciudad.

Mª Paz se ocupó en una tienda de ultramarinos, mas al poco tiempo entró a trabajar de operadora en Telefónica hasta su jubilación. En Vitoria se desposó con un chicarrón del norte, Fermín Madinabeitia Esquibel a quien en Azuelo todos conocemos como Fermín “El Vasco”. El matrimonio tuvo dos hijos, Javier y Zuriñe.

Durante unos años los hijos de Daría se desligaron de Azuelo hasta que un día sintieron la morriña de su tierra y comenzaron a regresar al pueblo para visitar a sus primos. Visitas que cada vez eran menos espaciadas y un día decidieron comprar una casa entre los tres y la rehabilitaron. Cultivaron la huerta y hasta tenían mula mecánica que era la delicia de todos los vástagos de estos tres hermanos, para ellos no había mayor diversión en el pueblo que pasear hasta la huerta montados en el remolque de la mula mecánica. Mas el devenir de sus vidas hacia lugares de procedencia de sus parejas hizo que fuese el matrimonio, Mª Paz y Fermín, quien se quedase con la casa de Azuelo a la que seguían viniendo siempre que podían.

Mª Paz tenía gran amor a su pueblo; se le llenaba la boca hablando de él y siempre que se despedía nos hacía la misma recomendación: cuidad bien el pueblo. Hasta su fallecimiento ha sido socia de la Asociación Cultural Recreativa Santa Engracia y de la Asociación Cultural Monasterio San Jorge de Azuelo. Con la jubilación de Fermín planificaron poder venir más a Azuelo. Fue entonces, cuando a la salida del pueblo camino del monte, montaron su “paraíso”; una finca de secano convertida en un vergel, hortalizas, frutales, vid, flores… Hasta construyeron una coqueta borda donde guardar los aperos y refugiarse del sol en verano y de la lluvia y del frío en invierno.

Mª Paz ha fallecido, la echaremos en falta en Azuelo, pero a sus hijos les ha dejado el amor a su pueblo, su casa, su borda y su vergel. Ahora sólo falta que ellos vengan al pueblo y su casa no pase a engrosar la lista de casas cerradas que hay en el pueblo.

En Azuelo se tardará años en olvidar a Mª Paz la hija de la Daría, porque el nombre de su madre aún pervive en la generación de los mayores de Azuelo a los que los “chochos” que vendía Daría les endulzó las tardes de los domingos en sus juegos por las calles del pueblo.

Hoy desde esta página de la Asociación Cultural Recreativa Santa Engracia les decimos a sus hijos, Javier y Mari Paz, Zuriñe y Roberto, a sus nietos Naroa, Aimar y Jon y a todos sus familiares que les acompañamos con nuestro sentimiento por el fallecimiento de Mª Paz. Un abrazo para todos ellos.