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Mª ESTHER MARTINEZ DE BUJANDA
ARNALDO DIAZ DE CERIO RUIZ
El día 22 de enero de 2019 falleció en Logroño Mª Esher Martínez de Bujanda Martínez de Olcoz, natural de Torralba del Río y mujer del azueluco Arnaldo Diaz de Cerio Ruiz.
A Mª Ester no la conocimos mucho en Azuelo porque el matrimonio se asentó en Torralba del Río y a nuestro pueblo vino no más que de visita a la “casa madre” de Arnaldo en la calle La Ribaza, la que hoy conocemos como “Casa Jaime”. Al que si conocimos fue a Arnaldo, aunque falleció el 20 de junio de 1981 a los 55 años de edad.
Hoy con el deceso de Mª Esther ha llegado el momento de rememorar para todos los azuelucos y torralbeses a Arnaldo para reconocerle y agradecerle los servicios y desvelos que ofreció a los vecinos de los pueblos.
Arnaldo fue el veterinario de Azuelo y Torralba durante muchos años. Fue el último veterinario que tuvo Azuelo. En vida de Arnaldo sus servicios eran muy necesarios en nuestro pueblo. La cabaña ganadera era muy extensa; en todas las casas del pueblo había yugadas de bueyes, caballos, yeguas, machos, mulas, cerdos, cabras y ganado menor doméstico como conejos, gallinas y patos, más varios rebaños de ovejas.
En los años cincuenta del siglo pasado Azuelo bullía con su población, todas las casas del pueblo estaban habitadas por largas familias y en alguna de sus casas hasta vivían dos familias. El barrio de Arnaldo era conocido como el “Barrio chino” por la cantidad de niños que había en sus casas, hoy está desierto y deshabitado La escuela graduada rebosaba de niños en una clase mixta donde la recordada y querida maestra Dª Paca, tía de Arnaldo, tenía que bregar con más de cincuenta niños y niñas desde los seis a los catorce años. Por las calles, con mucho barro en invierno y polvo en verano, pululaba un enjambre de gallinas y algunos patos que picoteaban y escarbaban en las boñigas de los bueyes y los caballos hasta que al atardecer entraban cada una en su casa por la gatera que tenían todas las puertas de las cuadras de Azuelo.
Arnaldo atendía a los males que achacaban a los animales de la cabaña ganadera de Azuelo cuando era requerido por algún vecino para atender a sus animales. Uno de los principales servicios que ofreció Arnaldo fue el de controlar y diagnosticar la triquina que podían tener los cerdos de Azuelo cuando se hacía la matanza en cada una de las casas del pueblo; nadie se atrevía a comer carne del cerdo de la matanza hasta que Arnaldo no le daba el visto bueno. Otra de las enfermedades del ganado que Arnaldo se encargaba de controlar era las fiebres maltas que propagaban las cabras, siendo mortal para las personas.
Mª Esther ha fallecido, es por ello por lo que desde nuestra página la Asociación Santa Engracia envía su pésame a sus hijos Anabelén y Ricardo, a su hermana Carmen viuda así mismo de otro azueluco, José Martinez de Vírgala, y demás familiares.