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JUEVES DE LARDERO
En Azuelo hace muchos años que ya no se celebra esta fiesta carnavalera de Jueves de Lardero. Hoy queremos recordarla; quizás se recupere cualquier año de estos, mientras ese día llega, traemos aquí para que no se pierda la canción que los niños y niñas de Azuelo cantaban por las calles del pueblo durante la mañana cuando recorrían todas las casas cantando y recaudando pesetas y viandas para hacer una comida comunitaria. Los mayores la recordarán y no estaría mal que se la cantases a sus pequeños, porque la tradición oral nunca debe perderse.
Hacían el recorrido por el pueblo los niños por un lado y las niñas por otro, separados, como estaban entonces en la escuela y en la iglesia cuando asistían a los oficios, los chicos y hombres a un lado, las niñas y las mujeres a otro.
Los niños y niñas mayores de la escuela, los que rondaban ya los catorce años eran los mandantes y las mandantas, o sea, los que organizaban la fiesta y los que portaban la bolsa para el dinero, la banasta para los huevos, el cesto para las patatas y el asador para las viandas de la matanza, y los que se fumaban su primer cigarro o se tomaban su primera copita de moscatel. Las chicas llevaban una gran muñeca muy acicalada, los chicos un pepón, rollizo y lustroso. A medio día, unos por un lado y las otras por otro se reunían en una casa o en uno de los bares para hacer la comida comunitaria. Después de comer los chicos mayores, los mandantes, se vestían de “zamarreros” con disfraces a base de telas de saco, la cara tiznada para no ser reconocidos y en la mano una vejiga de cerdo inflada o una buena mimbre para atizarle a las chicas en las pantorrillas cuando corrían burlándose delante de ellos cantando
“Zamarrero, cara de perro
¡Come cancurrias, caga ligero!”
JUEVES DE LARDERO
Los alumnos de la escuela,
según costumbres añejas,
pedimos chorizos y huevos
a las jóvenes y viejas.
Y también pedimos
que nos den costillas
del buen lomo fresco
y algunas morcillas.
Si los ángeles vinieran
a pedirnos un favor
de seguro que le diéramos
de lo bueno lo mejor.
También somos ángeles,
hijos vuestros somos,
dadnos unos huevos
y un trozo de lomo.
Y nos importa un pepino
aunque metamos la pata
que nos den perras o plata
para comprar pan y vino
Y también pedimos
para hacer el revuelto
que nos den tocino
del cocho que han muerto
Las señoras de esta casa
amables, nobles y buenas
nos han dado muchas cosas
chorizo, huevos y perras
Por eso las madres
se hallan tan contentas
al ver a sus hijos
que alegres se encuentran
Jueves de lardero
es un día alegre
que todos vivamos
para el año que viene.