LAS ESTRELLAS FUGACES DE AZUELO

“Unas estrellas se han perdido y en Azuelo no aparecen.
Dónde estarán las estrellas, en sus calles no resplandecen”

En el mes de diciembre, en días previos a la Navidad es costumbre y ya tradición iluminar las calles de pueblos y ciudades con iluminación ornamental suplementaria a la existente con iluminarias de formas alusivas a la Navidad.

La iluminación navideña alegra las calles en las largas tardes de diciembre previas y durante las fiestas navideñas y anima a recorrerlas. Sus destellos de colores transmiten alegría.

En Azuelo, fue allí, por el año 2002 cuando llegaron unas iluminarias con forma de estrella desde Vitoria donde ya habían alumbrado sus calles del Casco Antiguo durante muchos años, tantos que su destino ya era la chatarra. Fueron recuperadas estas estrellas y en Azuelo miembros de nuestra Asociación las restauraron y rehabilitaron salvándolas de la chatarra y dándoles de nuevo uso para iluminar por Navidad las calles del pueblo. Fueron muchas las estrellas restauradas, tantas, que después de iluminar todo el pueblo y el camino de la iglesia, ¡hasta encima de la torre se colocó una estrella!, sobraron estrellas y se les regaló una a Torralba y otra a Espronceda que las colocaron en estos pueblos con la misma ilusión que en Azuelo..

Azuelo desde ese año se ilumina en diciembre para anunciar y alegrar la Navidad. Nuestras estrellas eran viejas, eran muy sencillas, eran unas grandes y otras pequeñas, eran suficientes para Azuelo, eran la envidia de otros pueblos vecinos de Azuelo y de otros mayores que Azuelo.

Sí aquellos “electricistas” de la Asociación se esforzaron por restaurarlas primero y por colocarlas después cual saltimbanquis haciendo equilibrios sobre largas escaleras de aluminio y aquella gran escalera de madera propiedad del pueblo montada sobre un eje con ruedas para transportarla, por cierto, ¿dónde está ahora esta escalera?.

La instalación de las estrellas de Navidad en Azuelo fue todo un acontecimiento, y así lo recogieron los medios de comunicación. Este hecho traspasó los límites de Navarra y un buen día llegó al pueblo en equipo de la Eitb del País Vasco que grabó un reportaje sobre ellas. Porque si singular fue entonces que un pueblo tan pequeño tuviese iluminación de Navidad, más singular fue el modo de encenderse esta iluminación, ya que cada estrella estaba conectada a la casa de un vecino que se encargaba de encenderla todos los días al anochecer. Años después, los “electricistas” montaron toda una instalación por las calles del pueblo dejándola fija, actualmente aún existe, centralizando su conexión en un interruptor en el Ayuntamiento.

Llegó otro alcalde al Ayuntamiento y la labor que hacían los “electricistas” de la Asociación, voluntaria y altruistamente, no le interesó. Siguió instalando las estrellas para Navidad contratando a un electricista y desde entonces las estrellas de Azuelo se han convertido en fugaces porque poco a poco se van fugando de sus calles; la primera fue el gran cartel luminoso de ¡Felices Fiestas!, que colocado a la entrada del pueblo daba la bienvenida a todos los que a él llegaban, después fueron las estrellas del camino de la iglesia, la de casa Pedro, la de casa Albino, la de casa Félix,  la de casa José Ángel y la de casa Gonzalo.

¿A dónde habrán ido las estrellas que se han fugado de las calles de Azuelo? ¿Se habrán ido con aquella gran escalera de madera? ¿Las estarán buscando o ya no aparecerán? No hay que perder la esperanza, volverán, porque emulando a Gustavo Adolfo Bécquer, podemos decir:

“Volverán las luminosas estrellas
en las calles del pueblo a colgar
y otra vez con sus radiantes rayos
la Navidad en Azuelo alegrarán”

Se muestran las fotos de las estrellas que faltan para que sí alguien las ve perdidas las vuelva a traer a Azuelo.