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DON QUIJOTE Y SANCHO PANZA LLEGARON A AZUELO
Desde el 19 al 23 de junio, la Asociación Santa Engracia realizó una excursión por tierras manchegas para descubrir y conocer esta zona de España por donde tuvo sus andanzas el Ingenioso Hidalgo don Quijote de La Mancha. Cincuenta y dos viajeros partieron desde Azuelo en busca de Don Quijote y lo encontraron. ¡Vaya que si lo encontraron! Contactaron con él en varias ocasiones y por diferentes lugares, Ossa de Montiel en la Cueva de Montesinos, Campo de Criptana en los Molinos, en las Lagunas de Ruidera, Villanueva de los Infantes en su monumental Plaza Mayor, Tomelloso en la posada de los Portales… Tanto compartieron los excursionistas con el Caballero de la Triste Figura y su escudero, que el último día de la estancia en tierras manchegas los despidieron personalmente entablándose con ellos una estrecha relación.
No quedó ahí la cosa porque el día 29 de julio cuando en Azuelo la Asociación celebraba el Día de Nuestros Mayores, a la hora de la sobremesa llegaron a Azuelo Don Quijote y Sancho acompañados por el Mesonero y Dulcinea haciendo las delicias a los excursionistas y a quienes no habían asistido a la excursión, a todos.
Los “manchegos” con Pedro de narrador representaron una parodia sobre el Quijote haciendo una alegre y desenfadada aproximación a la universal obra de Miguel de Cervantes. Leamos parte de ella.
NARRADOR (Pedro).- Don Quijote, rodilla en el suelo ante el Mesonero
Don Quijote (José Manuel).- No me levantaré jamás del suelo, hasta que me otorgue un don que pedirle quiero. Que me nombre con orgullo humilde caballero
y el mesonero al ver al huésped a sus pies y oír semejantes razones, confundido, sin saber qué hacer ni qué decir, cogió el palo de una escoba y se dispuso a otorgarle el don que le pedía y el confuso mesonero dijo estas palabras.
Mesonero (Agustín).- Yo, el mesonero. ¡No! Perdone vuestra merced, quería decir que en mi cargo de Alcaide, Alcaide Revancha, - Dándole con la vara en el hombro- le nombro caballero andante: ”Don Quijote de La Mancha”
Sancho, muy atento a lo que allí ocurría y orgulloso de ser escudero de un chalado caballero que acababan de nombrar exclamó
Sancho (José Mi).- Mas, pese a tanto accidente, llego a la conclusión, que no es tan mala ocupación la de ayudar a la gente.
Y cada cual en su animal se dirigen hacia el Toboso en busca de su amada Dulcinea.
Entrando ya en la aldea y a la hora de las seis de la tarde, el sol casi escondido, en la puerta de un palacio ven a una muchacha recia, y Sancho que ya iba más pendiente de los ricos olores a guisos que levitaban en aquellas callejuelas le dijo a su amo
Sancho.- Mi señor, aquella moza de allí que va en alpargatas viejas y las cejas como tejas, es su amada Dulcinea?
Pero el hidalgo manchego que la ve delicada y bella porque está loco por ella le dice a su escudero
Don Quijote.- Amigo Sancho, no digas tales mentiras de mi Dulcinea del Toboso y préstame atención. Aquella dama que ves me ha robado el corazón.
y cuando por fin pudo verla tan cerca que creía que era uno de esos tantos sueños que rondaban su cabeza, Dulcinea se dirige a Don Quijote y le dice
Dulcinea (Leo).- Mi querido Don Quijote, es grata la gentileza de concederme la eternidad y de sus suspiros ser dueña. Pero soy una leyenda y aunque esto fuera verdad, con esa locura que tiene, yo me quedaría soltera.
Y Don Quijote, mustio, con más mala cara que los pollos del Pryca, le dice a Sancho
Don Quijote.- Sancho, amigo. Esa que llaman Dulcinea, no es sino una mujer ciega que no ve lo que hace, ni sabe a quién derriba.
Y puesto que no ha vencido el amor habrá que comer y beber, que dicen que las penas con pan son menos penas, y Sancho le dice a su amo (
Sancho.- Mi señor, después de las tinieblas espere la luz y vamos a bailar y con el público a disfrutar.