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EL CORRAL DEL ROJILLO
El Corral del Rojillo en el término de San Martín en el monte se hunde. El invierno pasado se vino abajo la mitad del tejado y si nadie lo remedia el invierno próximo se encargará de hundir la otra mitad.
Es el Corral del Rojillo es el único de los corrales que quedaba en pie de los muchos que había en el monte. Su prolongada vida se ha debido a los cuidados y los mimos que uno de sus dueños, Miguel Pascual ayudado por su sobrino, Alberto Aguirre, le daba todos los años cuando venía desde Barcelona a pasar unos días por su pueblo, Azuelo. Miguel dejó de venir y las inclemencias del tiempo, viento, lluvia y nieve empezaron a castigar el tejado levantando tejas y produciendo filtraciones de agua, las goteras, que al caer sobre las maderas del artesonado las ha ido pudriendo y éstas han cedido; cayó una de las sopandas y arrastró la mitad del tejado.
Ya nadie puede atreverse a entrar en él para guarecerse, ni senderistas ni cazadores. Aunque sus últimos moradores, los murciélagos, se resisten a abandonarlo a pesar de que los rayos del sol, cada día más bajos según avanza el otoño, se adentran hasta sus cubiles molestándolos y obligándoles a buscarse otro aposento.
Azuelo tuvo muchos corrales por toda su jurisdicción; pasaban de los 20. Hoy sólo queda en pie el Corral de Ganuza es La Espina, restaurado por la Asociación Santa Engracia el año 2005, como testigo de la vida ganadera que Azuelo tuvo en otros tiempos, cuando muchos de sus vecinos tenían rebaños de ovejas.
La Asociación Santa Engracia restauró el año 2001 la Choza de los Pastores en el monte y el corral de ovejas, Corral de Ganuza, en la Sierra para salvaguardar el patrimonio etnográfico de Azuelo, habilitándolos como refugio y lugar de ocio para los de Azuelo y los cientos de visitantes que a ellos han llegado. ¿Se restaurará el Corral del Rojillo o se dejará que se hunda como lo está haciendo el Molino de Azuelo?