ARTURO

El día 19 de enero falleció en Hernani el azueluco Arturo Díaz de Cerio Gámiz a los 82 años; Arturo que en su infancia y juventud fue agricultor y pastor en Azuelo tuvo que emigrar cuando la revolución agrícola de las décadas sesenta y setenta del siglo pasado llegó a Azuelo. Él, como otros muchos de Azuelo, eligió San Sebastián para “buscarse la vida” para él y su familia, así fue como se asentó en Hernani, cerca de la fábrica de ascensores Orona donde trabajó hasta su jubilación.
Arturo ya era un “manitas” en Azuelo y ejercía también como albañil y mecánico herrero aficionado, así que cuando llegó a Donosti lo de trabajar haciendo ascensores debió ser su profesión oculta y que el destino le hizo aflorar.
A pesar de estar impedido en los últimos años, le gustaba venir a pasar los veranos a Azuelo en compañía de su mujer, Alicia y de sus hijos, Alfonso y Antonio para disfrutar del pueblo y sus gentes, y participar en las actividades de nuestra Asociación. El verano del 2.004 los voluntarios de la Asociación estaban restaurando los aljibes de la Sierra y uno de estos aljibes era el de Valentín de Santa Gadea, Arturo, que ya por entonces tenía dificultades para andar y hablar les indicó que en ese aljibe estaban grabadas las iniciales del constructor del mismo; los voluntarios se dedicaron a buscar la grabación al día siguiente y efectivamente allí están grabadas en el cabezal de la entrada una R y una D, Rufino Díaz de Cerio, su hermano que fue quien construyó el aljibe.
El año 2.006 nuestra Asociación le rindió un homenaje como pastor de Azuelo y hoy queremos hacer llegar desde aquí nuestro sentido pésame a su esposa, Alicia, a sus hijos Antonio y Olga, y Alfonso y Juncal, a sus nietos Maialen, Iñigo, Aitor y Garazi, y a sus hermanos Ascensión y Julio, y Marcelina.