SARA REINARES MARTINEZ

El día 14 de septiembre de 2021 falleció en Madrid a los 80 años de edad Sara Reinares Martinez, viuda del azueluco José Antonio Zurbano Diaz de Cerio.

Sara y José Antonio vivían en Logroño donde ejercieron su profesión de maestra, Sara, y profesor, José Antonio, hasta su jubilación. En Azuelo tenían una casa heredada de sus antepasados, “Casa el cantero”, que así se le conoce a la casa que hace medianil con el Lavadero de la Fuente donde vivió el cantero Hermenegildo Vizcainaga Guergué, aunque en 1904 cuando se hizo este lavadero el dueño de la casa era Severiano Zurbano Díaz de Cerio.

El recuerdo que queda en Azuelo de los dueños de esta casa es el de María Vizcainaga, “María del Cantero”, mujer piadosa y muy devota de San José a quien en el bajo de su casa erigió una ermita en su honor, lugar de culto sobre todo en los duros inviernos que evitaban a los azuelucos tener que desplazarse hasta la iglesia para los oficios diarios entre semana. María fue la dueña de las salinas de Azuelo a las que denominó “Salinas de San José” esculpiendo su nombre e imagen en un hermoso mosaico que muchos azuelucos recuerdan y que, hasta ahora, no se ha podido encontrar una fotografía. Por eso en Azuelo decimos que San José además de carpintero, aquí era salinero. Tanto uno como otro oficio de este santo se recogen en el Belén Monumental que monta la Asociación Santa Engracia por Navidad en la iglesia del monasterio.

Sara y José Antonio venían mucho a su casa de Azuelo, ya que la distancia a Logroño es corta. La tenían bien cuidada, lo mismo que su huerto que transformaron en jardín. Al fallecer José Antonio, Sara no dejó de venir al pueblo, a veces sola, otras veces con su hermana, con sus hijos y los que no faltaban nunca eran los hermanos de José Antonio, Codés, Javier (+) y Jesús Mari, religiosos los tres, que coincidían en sus vacaciones para pasar unos días juntos con Sara

Sara y José Antonio tuvieron tres hijos, Javier, Sara y Ana. Javier vive en Logroño y sus hermanas viven en Madrid, donde estaba Sara cuando falleció tras someterse a una delicada operación de corazón.

Sara, como buena maestra y mejor abuela, siempre estaba rodeada de sus nietos, Sara, David, Ana y Arianne y participaba en sus juegos. Marcada en el calendario era la Fiesta de Halloween, día señalado para reunirse en Azuelo y participar toda la familia en esta fiesta.

Sara, era una azueluca más, sentía nuestro pueblo como si fuese el suyo, era socia de la Asociación C. R. Santa Engracia y de la Asociación Cultural Monasterio de San Jorge. A sus hijos les ha inculcado el amor por el pueblo de sus antepasados con su casa como punto de encuentro de ellos; todos deseamos que continúen con la costumbre que tenían en vida de su madre de venir al pueblo y su casa se abra de vez en cuando.

Hoy los socios y socias de la Asociación Santa Engracia les enviamos desde aquí un abrazo a sus hijos Javier y Marisa, Sara y Albert, Ana y Ramón y les acompañamos en el recuerdo que tienen de su madre, Sara.