Relatos
EXPOSICION LA TABERNA DE AZUELO
A lo largo de los meses de agosto, septiembre y parte de octubre del año 2.015 se ha podido visitar la exposición “LA TABERNA DE AZUELO”, montada por la Asociación Santa Engracia e incluida en su plan anual de actividades. A lo largo de estos tres meses ha sido muy visitada y en los medios de comunicación han aparecido reseñas de ella.
La exposición ha ocupado la planta baja de la Casa de La Conrada, la Casa Encantada de Azuelo. La exposición ocupaba cuatro espacios, el mostrador, la cocina, la sala y el almacén; los mismos de los que disponía la taberna de Azuelo.
En Azuelo hubo dos tabernas hasta el último tercio del siglo pasado. Fue el año 1975 cuando desapareció la última al emigrar sus dueños, Pedro y Mari, a Bilbao, poco antes había cerrado la de Asun y Esteban, que se fueron a Pamplona. El año que desaparece la última taberna se crea la Asociación Cultural Recreativa Santa Engracia para suplir la carencia de este servicio.
El mostrador servía para atender a los clientes cuando iban de paso hacia la cocina o la sala, o cuando su permanencia en la taberna iba a ser corta. Si la permanencia iba a ser larga, cuando llegaba el primer cliente pasaba hasta la cocina y allí estaba de cháchara con la tabernera hasta que iban legando más clientes que se iban colocando alrededor de la gran mesa camilla mientras la tabernera tostaba un duro de cacahuetes en el horno de la cocina y el porrón de vino iba pasando de mano en mano. Cuando el número de clientes ya no cabía en la cocina, pasaban a la sala donde la tabernera les encendía la estufa de butano, si era invierno, y ellos montaban sus partidas de mus. Los sábados y los domingos por la tarde después de echar unas partidas al mus, la tabernera les preparaba la merienda a base de patorrillo, cayos, ancas de rana, barbos, pajarillos, gallina, gallo, conejo, gorrín, patas de cerdo, algunas veces, pocas, también cordero, y otras veces, más que las de cordero, ratas de agua o cachorros de perro cuando aún no habían abierto los ojos. En el almacén se guardaban los garrafones de vino y las cajas de gaseosa.
Ha sido una exposición nostálgica porque aún quedan dos generaciones que han vivido los tiempos de la taberna, siendo ellos quienes mejor la han podido explicar convirtiéndola en un revival de tiempos pasados. En la exposición se ha podido ver el mobiliario y menaje de la última taberna de Azuelo, su mostrador, sus mesas, sus sillas, su tocadiscos, la cocina económica, sus porrones, cartas y dominó, vasos y restos de aquellas bebidas en sus envases originales, paquetes de tabaco, garrafa de aceitunas, garrafones de licores a granel, cajas de vino y de gaseosa de madera y de hierro, sifones, ceniceros… Además ha sido ilustrada con fotografías en blanco y negro de las tabernas donde muchos azuelucos han podido reconocer a sus padres, abuelos y vecinos que fallecieron hace años.
Si estás interesado en saber cómo eran las tabernas de Azuelo puedes leer el relato sobre ellas que ha escrito Pedro San Emeterio, Secretario de la Asociación Santa Engracia.