VIAJE A LOS PUEBLOS BLANCOS DE LA SIERRA DE CÁDIZ

A mediados de junio, desde el 13 al 19, la Asociación Santa Engracia de Azuelo realizó un viaje de una semana por Cádiz y sus Pueblos Blancos recalando en su regreso en la Plaza de España de Sevilla. Cuarenta excursionistas de Azuelo y pueblos vecinos, Marañón, Desojo, Espronceda y Sansol montaron su campamento base en Arcos de la Frontera y desde allí todos los días, mañana y tarde, cubrían su periplo por los Pueblos Blancos.

Pueblos Blancos cuyo nombre proviene de la antigua costumbre de los habitantes de encalar las fachadas de sus casas, adornándolas con macetas de flores creando un espectáculo de color para la vista, al que se une el dorado del sol, el marrón de la montaña, el verde de la serranía y el azul del cielo.

Los pueblos se construyeron en lo alto de las colinas y se fortificaron para defender a sus habitantes de posibles ataques enemigos. Las estrechas calles trepan por empinadas laderas, por lo que pasear por ellas ofrece unas magníficas vistas de las montañas circundantes y de las playas cercanas de la Costa de la Luz.

No se perdieron el espectáculo “Como bailan los caballos andaluces” en Jerez de la Frontera, pisaron la arena de la playa de La Caleta de Cádiz y la Sierra de Grazalema, visitaron el panteón monumental de Rocío Jurado, el museo taurino de Jesulín de Ubrique en su pueblo natal, el Museo de la Piel y todo un patrimonio artístico de estos hermosos Pueblos Blancos, iglesias y castillos. Subieron a la torre de la Catedral de Cádiz, degustaron los langostinos, gambas y tortilla de camarones de Sanlúcar de Barrameda, el queso de cabra poyoya de El Bosque, el gazpacho, los chicharrones y el pescaito frito de Cádiz regados con vinos finos, amontillados y manzanillas.

No es posible visitar todos los Pueblos Blancos en una semana, su programa, aunque extenso se redujo a recorrer Jerez de la Frontera, Medina Sidonia, Sanlúcar de Barrameda, Chipiona, Ubrique, El Bosque, Setenil de Las Bodegas, Cádiz, Vejer de la Frontera, Arcos de la Frontera y Sevilla

Un viaje que se cerrará en Azuelo el día 30 de julio con una comida de hermandad, con un café concierto y la entrega de una extensa y colorida memoria a cada uno de los viajeros para que no olviden nunca este hermoso viaje por tierras andaluzas tan diferentes a las nuestras. Sólo una pega, los mil cien km que nos distancian, mas con humor y buena disposición hacen del viaje de ida y vuelta una jornada más de convivencia, chistes, chascarrillos y canciones hicieron más corto el viaje. El comentario común de todos: “Este viaje ha merecido la pena, satisfechos de realizarlo” ¿A dónde vamos el próximo?