A SANTIAGO DE COMPOSTELA DESDE AZUELO I

06 Junio, 2016

Del 22 al 27 de mayo de 2016 la Asociación Santa Engracia realizó la actividad “El Camino de Santiago en Autobús”.
Para tener una buena visión de ella se ha recogido en tres apartados:
I.- Preparativos e inicio del Camino. Etapa Azuelo-Burgos.
II.- Etapas Burgos-León y León-Ponferrada.
III.- Etapa Ponferrada-Santiago de Compostela. Santiago-Santiago. Regreso a Azuelo.

PREPARATIVOS E INICIO DEL CAMINO, AZUELO-BURGOS

El 22 de mayo salía un autobús desde Azuelo con rumbo a Santiago de Compostela, a donde llegó el día 25 y regresó a Azuelo el día 27. Han sido seis días vividos intensamente por un nutrido grupo de azuelucos a los que les acompañó un puñado de desojanos.

Seis días durante los que todo lo que fluye sobre el Camino de Santiago: gentes, paisaje, arte, historia, gastronomía, etc. aderezado con grata convivencia y buen ambiente durante todo el viaje ha gravitado sobre estos entusiastas peregrinos, que concienciados con sus limitaciones no por ello han dejado de abordar el Camino para llegar a Santiago. “Comenzaron como turistas y terminaron de peregrinos”. Sí, llegaron a Santiago caminando con su vieira, bordón, calabaza y credencial. Y es que “El verdadero Camino comienza en Compostela”. No sólo los “elegidos” pueden ser peregrinos, sino que “todos podemos elegir ser peregrino”. Unos comenzarán el Camino desde la fe más arraigada, otros como mera prueba deportiva, algunos por simple turismo, algunos muchos por conocer nuevos lugares y gentes, otros por empaparse de historia y arte de tal forma que el Camino es una especie de “Torre de Babel”, pues además de las motivaciones personales están las múltiples nacionalidades y lenguas, lo cual ya lo daba a entender la inscripción medieval sobre la puerta de un hospital de peregrinos, “La puerta se abre a todos”. Y ese es el misterio y el milagro que el Apóstol hace entre sus peregrinos, que con independencia del origen y motivación personal de cada uno, la inmensa mayoría termina siendo y reconociéndose como “peregrino”.

La ilusión y entusiasmo por realizar el Camino hizo que éste se programase ya hace meses, a fínales del año pasado cuando se empezó a madurar esta actividad de la Asociación Santa Engracia. Al inicio de los preparativos se hablaba de ir en coches particulares, el grupo fue creciendo, se pasó al microbús y siguió creciendo hasta que hizo falta el autobús. Se prepararon las vieiras, una para cada uno de los peregrinos. La vieira o “Concha del Peregrino” se encuentra típicamente en la costa del mar en Galicia y es el símbolo del Camino de Santiago por excelencia y de sus peregrinos. Cada vieira iba ilustrada con una imagen del Monasterio de Azuelo.

Se consiguieron las credenciales en Viana, siendo el del Monasterio de Azuelo el primer sello que se estampó en ellas, se hicieron las maletas y llegó el día 22 cuando a las ocho de la mañana partía la expedición de azuelucos y desojanos para Santiago. El Camino se programó en cuatro etapas: Azuelo-Burgos, Burgos-León, León-Ponferrada y Ponferrada-Santiago; un día de estancia en Santiago y otro día para realizar el regreso.

El itinerario del Camino se trazó por las carreteras más paralelas al mismo confluyendo en muchos tramos con el Camino, acompañando durante kilómetros y kilómetros a la inacabable serpiente multicolor que forman las vestimentas de los miles de peregrinos que inundan el camino. El autobús, aunque dotado de los últimos avances de navegación y tripulado por un experto conductor, tuvo algunas aventuras, siendo las más reseñables la de Hontanas y la de El Acebo.

La primera parada fue en el cementerio de Navarrete posando el grupo en la puerta, que en su día daba acceso al hospital de peregrinos, San Juan de Acre, del cual sólo quedan unas escasas ruinas consolidadas. Tras rebasar Nájera se detuvo el autobús en Santo Domingo de la Calzada donde “Cantó la gallina después de asada”, una de las leyendas más hermosas del Camino. Salió de La Rioja por Grañón, dejando atrás los viñedos que no volvieron a ver hasta llegar al Bierzo leonés, y entró en Burgos por Redecilla del Camino; pasando por Viloria de Rioja, cuna de Santo Domingo de la Calzada, Belorado, Tosantos y Villafanca-Montes de Oca, Montes muy conocidos por el Cura de Bargota, también llamado el Brujo de Bargota, llegó a San Juan de Ortega donde los peregrinos se apearon para visitar en su iglesia monacal el capitel de la Anunciación, que en los dos equinoccios, primavera y otoño, es iluminado por un rayo de luz solar que penetra por una de sus ventanas. Prosiguieron la ruta hasta llegar a Ibeas de Juarros donde visitaron el centro de interpretación de los Yacimientos de Atapuerca. A las dos de la tarde el autobús dejaba a los peregrinos en el hotel Norte y Londres de Burgos. Comieron y realizaron una muy completa visita guiada a la Catedral de Burgos, donde a las cinco de la tarde vieron en acción al Papamoscas y su ayudante el Martinillo. Salieron de la Catedral y recorrieron calles, plazas y jardines hasta la hora de la cena, viendo monumentos y encontrando muchos “personajes” estáticos que daban vida permanente a la ciudad como el Niño Danzante acompañado de un Tetín, la Castañera, los Abuelos, la Joven del paraguas, el Toro… Después de cenar de nuevo visita turística por las calles de Burgos para ver sus monumentos iluminados y posar con los Gigantillos. Entrada la noche se retiraban los viajeros a descansar al hotel para afrontar la segunda etapa al día siguiente.