ROMERIA SAN SIMEÓN 2012
El 17 de junio los de Cabredo acudieron puntualmente a la cita que cada año tienen con su santo, aunque se lo guardamos nosotros porque él no se fía de sus paisanos que en su día lo echaron del pueblo a pedradas y arrastrado por las mulas llegó hasta el convento de Azuelo.
Bonita tradición que los “pelones”, ellos a nosotros nos llaman “judíos”, se esfuerzan cada año en mantener y potenciar para cumplir con el rito de visitar a su santo y pasear sus restos desde el Monasterio a la Ermita en bella “arca de madera muy buena y toda ella dorada en la cual están ocho figuras de talla, dos imágenes de Ntra. Señora, dos del apóstol San Andrés, una de Santiago, otra de San Jorge, otra de San Zoilo y otra de San Simeón”. El arca fue costeada por las Villas que por aquella época aún venían en romería el 1 de julio a honrar y venerar a San Simeón, el santo medieval protector de los labradores del reino de Navarra. Las villas paganas, o sea las que pagaron el arca, fueron: Aguilar de Codés, Azuelo, Cabredo, Torralba, Espronceda, Desojo, Armañanzas, Torres, Sansol, Melgar y El Busto.
Cuando el reino de Navarra llegó a su máxima extensión con el rey Sancho Garcés III el Mayor (1004-1035), sus patrones eran San Simeón, patrón de los agricultores y San Millán, patrón de los militares. Agricultores y guerreros fueron los pilares del sistema socioeconómico de la Edad Media. Los agricultores navarros veneraron a San Simeón unos siglos más, hasta que los “jodíos” castellanos cuando su reino fue el hegemónico de toda la Península Ibérica lo sustituyeron allí por el siglo XVI por su San Isidro, que a partir de entonces es quien manda en eso de proteger a los agricultores. A San Millán no le corrió mejor pelo ya que también fue sustituido por Santiago.
Quizás los lectores no sepan, y por eso lo decimos, que hemos encontrado una iglesia bajo la advocación de San Isidro presidiendo el Altar Mayor, y junto a él ¿Saben quién está”. Pues, San Simeón. Por fin, los dos juntos ocupándose en el menester de cuidar a los agricultores. De este descubrimiento hablaremos en otra ocasión.
Un año más los de Cabredo y los de Azuelo compartieron romería a la ermita, santo y almuerzo. Ochenta fueron los que acudieron a la ermita, treinta y uno de Azuelo, el resto de Cabredo. Los de Cabredo llevaron el arca de su santo precedidos por su pendón rojo, los de Azuelo dejaron en el Monasterio, sin que sirva de precedente, el bellísimo estandarte de San Jorge por falta de porteador. No faltó a la cita Jesús, el Hermano Marista, que iluminado por nuestro “lucero”, José Angel, nos leyó unos rasgos de la vida y andanzas de San Simeón. El almuerzo fue como en los tiempos de nuestro amigo Sancho, buen queso, buen chorizo y mejor vino, tradición que ha recogido muy bien su sucesora en la alcaldía, Arantxa, asesorada por el Mari y su esposa Mª Fe.
Nota a destacar en esta jornada ha sido la presencia de “jóvenes” en la romería que han hecho bajar mucho la media de edad en los asistentes. Es nuestro deseo que cuando los peques, que se ensimismaban oyendo cantar a Gaspar, sean abuelos, estén en la “puerta de la Casa del Americano” despidiéndose una vez más de los de Azuelo.
Terminó la despedida de los de Cabredo con otra despedida ya que nuestro párroco, el polaco Jan Borisoswky, nos comunicó que tras nueve años en nuestro pueblo se va definitivamente a Polonia el día 25 de junio.