HALLOWEEN EN AZUELO
Que Azuelo es muy pequeño, ya lo sabemos. Lo que no sabíamos era que con la celebración de Halloween se iba a hacer tan grande, y es que lo que se inició siendo una actividad para entretener a los niños hace doce años ha ido calando poco a poco no sólo en los niños, sino también en los mayores hasta convertirse en el gran festival de este año.
Como en Azuelo sus habitantes son pocos y no hay ni un solo niño no se pudo celebrar la fiesta de Halloween la víspera de Todos los Santos, que era jueves, el día que empezó a llegar una avalancha de gente para pasar el puente de Todos los Santos en nuestro pueblo. Han sido tres días en los que por las calles del pueblo se oyeron gritos de niños correteando unos tras otros desde el parque infantil al frontón o al lavadero; podía ser así al menos todos los fines de semana porque Azuelo parecía otro pueblo al que no estamos acostumbrados.
A las seis de la tarde niños, jóvenes, menos jóvenes y varios mayores acudieron disfrazados a la ludoteca para iniciar desde allí el recorrido por las calles del pueblo e ir proponiendo a los habitantes de las casas ¿Truco o trato?. El pueblo es pequeño, mas el recorrido se hizo muy largo ya que se visitaron una por una casi todas las casas del pueblo, hasta la casa rural tuvo la visita de la fantasmagórica comitiva que con calabazas, linternas, horquillos y, eso sí, cestas y bolsas para llenarlas de golosinas y la hucha para recoger el dinero animaron las calles del pueblo haciendo salir a la gente a las puertas de sus casas.
Más de una hora deambularon esqueletos, brujas, zombis y toda su parentela por Azuelo hasta que la comitiva se dirigió a El Granero, decorado como la ocasión lo requería con velas, esqueletos, telarañas, murciélagos, gatos negros, calabazas, horquillos, hojas secas por el suelo… Cuando accedieron al local los niños solamente podían ver con la luz de las velas mientras efectos especiales y sonidos terroríficos acogían la llegada al suculento banquete que ya estaba servido en una larga mesa de mantel negro adornada con candelabros que sostenían las velas encendidas y naranjas pintadas que parecían pequeñas calabazas de Halloween. Los niños tuvieron su merendola sin faltar las chuches. Resultó una jornada lúdica y alegre en la que niños y mayores no sólo disfrutaron este día, sino que lo hicieron muchos días antes cuando ilusionados empezaron a preparar sus disfraces y seguirán disfrutando algún día más mientras ven las fotografías que ilustrarán sus álbumes familiares. Si este año no pudiste venir a Halloween, no te importe, el próximo año tendrás la ocasión de venir ya que volveremos a programar esta actividad.
Ahora toca preparar la próxima fiesta para el puente de La Constitución a primeros de diciembre que será la inauguración del Belén Monumental del Monasterio con un concierto de villancicos que nos anunciará la próxima llegada de la Navidad