FIESTAS DE ABRIL 2.010
Azuelo celebró sus Fiestas Patronales en honor de sus patrones Santa Engracia, 16 de abril, y San Jorge, 23 de abril, durante los días 16, 17 y 18 de este mes. Estas fiestas se denominan en nuestra localidad las “Fiestas Pequeñas”, son las fiestas patronales, ya que las “Fiestas Grandes” son las que se celebraban antes el 14 de septiembre, por la Cruz de septiembre y ahora se celebran el penúltimo fin de semana de agosto. Las Fiestas Grandes se celebraban en realidad para festejar la recolección de la cosecha anual de nuestros antepasados, sufridos labradores que se afanaban durante todo el verano en recoger “el grano” que les permitiría sobrevivir durante el año siguiente, ya que como dicen nuestros mayores, a final de año lo comido por lo servido, y además había que pagar a Lupi. ¿Quién fue Lupi? Algún día hablaremos de este hombre que tanto hizo por los labradores de Azuelo y toda la comarca.
Las Fiestas Pequeñas eran “propiedad” de los mozos del pueblo, que se encargaban de contratar la música y preparar todos los actos, traían al Chute de Aras, a bandas de música de Alava o a orquestas de Estella. Con el éxodo rural de la década de los setenta, cuando la juventud del pueblo y también mucha gente mayor tuvo que emigrar, estas fiestas se dejaron de celebrar y se redujeron a la celebración de una misa para honrar a los santos. Fue a mediados de los noventa cuando los jóvenes y la Asociación Santa Engracia recuperaron las Fiestas con gran empuje y mayor fluir de juventud de todo el barranco que durante dos días ocupaban nuestro pueblo como gran centro de diversión. El flujo de juventud ha descendido en los últimos años manteniéndose en un nivel que permite a la actual entusiasta juventud, descendientes de hijos del pueblo, continuar organizando estas fiestas.
La novedad de este año fue la actuación del “pinchadiscos” más famoso de todo Navarra, DJA DRAKOIBIZA, un azueluco, nieto de Ambrosio Arana; la otra orquesta, LISKER, también podemos decir que son azuelucos porque llevan actuando ininterrumpidamente en estas fiestas desde que se recuperaron a mediados de los noventa. La cena popular, los fuegos de la Asociación, que este año por aquello de la “igualdad” estrenaron “pirómana”, y la misa en honor de los patronos fueron los actos que durante tres días animaron unas calles que durante la semana están desiertas y por donde sólo pasean Saly y el Mudo, los dos únicos perros del pueblo que tienen la suerte de recorrerlas libremente.