DIA DE NUESTROS MAYORES 2011
El día 30 de julio, la Asociación Santa Engracia celebró el “Día de Nuestros Mayores”. Setenta y cuatro jubilados de Azuelo se reunieron para celebrar una jornada de convivencia entre los jubilados del pueblo y aquellos que en su día tuvieron que emigrar de él. Una jornada que además sirvió para homenajear a tres jubilados que a lo largo de su vida prestaron servicios de abastecimiento a los vecinos de Azuelo.
Todos los años cuando llega el verano la Asociación monta una exposición etnográfica que hace referencia a la vida de antaño del pueblo. Este año, bajo el epígrafe de “La Tienda de Azuelo”, se ha montado una exposición en la que se recrea una de las dos tiendas que hubo en Azuelo hasta el último tercio del siglo pasado.
Con motivo de la exposición se homenajeó a Mª Puy Lacalle Chasco, una de las últimas tenderas de Azuelo, Luis Mª Rodríguez Pinillos de Espronceda y Benito Fernández Alba de Armañanzas.
Mª Puy regentó su tienda durante muchos años; en ella se podía encontrar todo aquello que en Azuelo se necesitaba para cubrir el consumo del día a día, desde puntas hasta chocolate, desde zapatillas hasta quitamanchas, desde tabaco hasta dedales, porque además de tienda era estanco, desde velas hasta copas de moscatel para los mozalbetes que aún no tenían la edad suficiente para que los mozos les admitiesen en la entrada al bar del pueblo, desde parches Sor Virginia hasta cuajo para hacer quesos... Todo lo que los vecinos demandaban para su consumo diario se encontraba en las atiborradas estanterías de la tienda de Mª Puy.
Luís Mari, vecino de Espronceda, es conocido en Azuelo como “El Mari de la Pesca”. Todos los días laborables del año Luis Mª con frío o calor, con agua o nieve madrugaba mucho para poder estar al alba en la Lonja de Logroño y cargar su ”Dos caballos” con pescado y a primera hora de la mañana iniciar su venta por los pueblos del Valle de Aguilar hasta llegar a Azuelo. También, cuando las huertas y los frutales no abastecían a los vecinos del valle, él se encargaba de traerles barquillas de hortalizas y fruta. Su carácter, campechano y dicharachero, hacía que las mujeres de Azuelo se arremolinasen alrededor de su camioneta Citroën y mientras esperaban su turno convertían la espera en una animada tertulia a la que ponían fin cuando el Mari de la Pesca abandonaba una parada y se encaminaba a la siguiente donde se iniciaba otra nueva sesión de compra y tertulia con otro grupo de vecinas.
Benito fue durante muchos, muchos años, hasta su jubilación, el cartero del valle. Todos los días iniciaba el recorrido del valle con su cartera repleta de cartas hasta que llegaba a Azuelo. Benito no solamente nos traía las buenas y las malas noticias, sino que además de ello era carnicero y abastecía de carne a nuestro pueblo con su “4L”. También ejercía de taxista del valle para todos los que necesitaban viajar en la Estellesa de Logroño a Pamplona o viceversa y llevarlos a Torres del Río, la parada más próxima al valle.
Como bien dice el refrán, “De bien nacidos es el ser agradecidos”. Es por ello por lo que este año la Asociación ha homenajeado a estas tres personas que desarrollando su trabajo ofrecían unos servicios a los vecinos de nuestro pueblo que les facilitaban la dura vida en el pueblo. A Luis Mª y a Benito, el Presidente de la Asociación, Juan Carlos Chavarri, les entregó sendas placas de mármol con un relieve en bronce del Monasterio de Azuelo, la joya más valiosa de nuestro pueblo, personalizadas con sus nombres. A Mª Puy le entregó una placa con una inscripción de agradecimiento, ya que la placa del Monasterio se le entregó hace dos años cuando se le homenajeó por ser una de las maestras que ejercieron en la escuela de Azuelo.
Al recibir la placa, cada uno de los homenajeados agradeció a la Asociación y a los vecinos de Azuelo el honor que se les había tributado al acordarse de ellos; aquí recogemos las palabras de Benito: “En primer lugar daros las gracias por la invitación que me habéis hecho. He estado con vosotros de cartero durante 37 años y desde el primer día hasta el último lograsteis que me sintiera como uno más del pueblo. Siempre intenté cumplir con mi deber y vosotros con vuestro cariño y afecto pagasteis con creces mi esfuerzo. Gracias porque hicisteis que mi trabajo resultara fácil y agradable. A todos os deseo lo mejor. Un abrazo y hasta siempre”.
Se inició la jornada con toque de campana que además de para asistir a misa sirvió también para reunir a todos los jubilados e iniciar su gran fiesta. Tras la eucaristía oficiada por Braulio Alvarez de Eulate, religioso camilo jubilado, se dirigieron al domicilio de la Asociación donde se procedió al sencillo pero muy emotivo acto del homenaje donde tras la entrega de las placas a los homenajeados, cada uno de ellos contó alguna anécdota y chascarrillos que les habían ocurrido en Azuelo, siendo muy aplaudidos por los asistentes al acto. Terminado el homenaje y hasta las dos y media en que se dirigieron al Granero para asistir a la comida de hermandad, preparada y servida por un grupo de socios y socias de la Asociación, pudieron visitar la exposición “La Tienda de Azuelo” donde en un ambiente mágico pudieron regresar durante unos minutos a su infancia y juventud. En la sobremesa de la comida hubo un concierto del Mariachi Los Tenampas con el que terminó una más de las gratas jornadas de convivencia de las muchas que a lo largo del año celebramos en Azuelo, esta vez tampoco faltó la canción “Torito Nevao” de Javier Pascual “El Templao”. Es por ello por lo que agradecemos su colaboración a todos los socios y socias que han hecho posible una vez más hacer muy felices al menos por un día a nuestros mayores, agradecimiento que queremos hacer llegar especialmente a los dinamizadores de la Asociación para que continúen en ello y no se dejen invadir por el desánimo y el cansancio. Gracias a todos los que hicisteis posible el desarrollo de esta actividad y es nuestro deseo que cuando lleguéis a jubilados la Asociación cuente, como ahora, con personas que voluntaria y altruistamente os haga pasar un día tan feliz como el de hoy.
Para terminar queremos hacer llegar todo nuestro ánimo a la socia Fabiola Sánchez, una de las habituales colaboradoras en todas las actividades de la Asociación y que actualmente se encuentra hospitalizada en Pamplona deseándole que su recuperación sea rápida y pueda muy pronto estar de nuevo con nosotros. ¡Animo, Fabi!