DESCUBRIR NUESTRO ENTORNO. LOS ALJIBES DE LA SIERRA DE AZUELO
Colabora
Asociación C. R. Santa Engracia
Los aljibes están ubicados en las cotas más alta de la Sierra de Azuelo. El año 2004 la Asociación Santa Engracia restauró cuatro de ellos, Balices, Santa Gadea, Montegadillo y El Picón.
El aljibe es una construcción de piedra de planta circular y su cubierta es de falsa cúpula, su acceso se tapa con una gran losa. El tamaño del aljibe es reducido, entre los dos y los tres metros cuadrados. El pozo del aljibe tiene una capacidad entre uno y dos metros cúbicos. Se llena de agua de lluvia o nieve durante el invierno y la primavera. Delante del aljibe hay una balsa de decantación para que la tierra que arrastra el agua de lluvia quede allí depositada y el agua limpia pase al aljibe a través de un tubo por el que se comunica la balsa con el aljibe. Una vez lleno el pozo, los agricultores tapaban su acceso con una losa para que no bebiesen en él los animales silvestres, alimañas o el ganado, como las ovejas. El agua que se recoge en el aljibe, queda almacenada en él hasta la primavera y el verano. En primavera la utilizan las cuadrillas de escardadoras, mujeres, jóvenes y niños que formando cuadrillas equipados cada uno con su azadilla recorrían los sembrados cortando cardos y mayas para que en la siega no estorbasen a los segadores cuando recogían la mies. En verano se utilizaba el agua de los aljibes por los segadores, cuadrillas familiares de hombres, mujeres, mayores, jóvenes y niños que durante el mes de julio y parte de agosto cuando recogían la cosecha, a los animales les echaban agua en la balsa de decantación para que bebiesen.
El día 25 de mayo de 2024 tuvo lugar la actividad de senderismo, organizada por la Asociación Santa Engracia, “Descubrir nuestro entorno: Los Aljibes de la Sierra de Azuelo”. La marcha partió desde el Corral de Ganuza, restaurado por la Asociación Santa Engracia el año 2005, para hacer el recorrido en “ocho”. Salieron los senderistas en dirección a Aguilar por la cuerda de los molinos hasta llegar a la muga con la jurisdicción de Aguilar girando hacia el sur hasta llegar a la choza agrícola de Casto donde cogieron la senda que los llevó hasta el aljibe de Balices que estaba lleno de agua. Desde allí subieron hasta la cota del molino más alto y camino abajo llegaron al aljibe de Santa Gadea que también estaba lleno de agua y su pozo de decantación con mucho barro donde se veían huellas del baño que allí se habían dado los jabalíes. Continuaron los excursionistas por el camino que les llevó hasta “La Espina”. Desde allí unos se dirigieron al Corral para preparar la comida y el resto prosiguió el itinerario de la ruta hasta llegar al aljibe de Montegadillo. Tras visitar este aljibe como el día estaba muy fuerte de calor algunos regresaron al corral de Ganuza y los más osados se dirigieron a visitar el aljibe de El Picón.
Eran las dos de la tarde cuando todos los senderistas de Azuelo y de Bargota, veinticuatro, que habían participado en la ruta se sentaron a la gran mesa del Corral para dar cuenta de la comida de picnic: tortilla de patata, langostinos cocidos y queso, y una barbacoa de careta de cerdo, panceta y chorizo, regada con vino rioja, de postre naranjas, tarta, café y chupitos.
Fue una jornada de convivencia por nuestros campos que llamaron la atención de los senderistas fotografiando el paisaje y las diferentes especies florales que adornaban los campos como hace muchos años que no se habían visto. Los aljibes necesitan una mano de mantenimiento, limpieza de los pozos de decantación y cortar la hierba y maleza de su entorno. El Corral se hubo de limpiar para usarlo, para eso la Asociación llevó una escoba y recogedor que dejó allí para que los usuarios puedan barrerlo después de usarlo. La esplanada del Corral, al igual que el camino de acceso están invadidos por altas hierbas y cardos que molestan para su acceso; todos los años la Asociación se ha encargado de mantenerlos limpios cortando las hierbas y matas, labor que ahora la tendrá que hacer el Ayuntamiento que para eso cuenta con dos operarias y una desbrozadora mecánica y nunca ha agradecido a la Asociación la labor de mantenimiento realizada por la Asociación, como la última actuación que hizo esta primavera colocando y sujetando bien la puerta de acceso que se había caído.