EL BATAN DE VILLAVA

Cuando visitamos el Batán de Villava para montar la exposición “Juegos y Juguetes Antiguos” nos quedamos sorprendidos porque nunca habíamos visto el interior de un batán, aunque sabíamos cual era su función y cómo funcionaba. El entorno fluvial en el que se encuentra ubicado el batán merece mucho más que unos minutos de contemplación, relajante en verano y espectacular en invierno.

La restauración de este batán y su centro de interpretación es una recomendación que se debe tener en cuenta por quienes están interesados en descubrir rincones de Navarra.

Un batán es un ingenio hidráulico compuesto por una o más ruedas verticales que comunican su movimiento, impulsado por la fuerza del agua, a un juego de mazos de madera. Las zapatas son las encargadas de levantar y dejar caer alternativamente dichos mazos. Donde golpean las mazas se coloca la tela para el abatanado que consiste en desengrasar y enfurtir paños de lana para darles el apresto, reduciendo su superficie y dotándolos de una mayor consistencia, flexibilidad e impermeabilidad.

El batán de Villava, propiedad del Monasterio de Roncesvalles, funcionó desde el s.XIII hasta el s.XIX. Tras la desamortización de los bienes eclesiásticos, la fabricación de papel fue la segunda actividad más relevante que albergó el edificio.

El Estatuto de los bataneros de Villava, año 1.254, es un documento que confirma la existencia del primer gremio conocido en Navarra.

En 1.999 los restos del batán pasaron a formar parte del parque fluvial y se procedió a su restauración. Hoy cuenta con la maquinaria de un batán operativo que se puede ver funcionar, un taller para fabricación de papel artesanal, un área de interpretación y dos salas de exposiciones, una fija y otra de exposiciones temporales; en esta última sala es donde desde el 18 de diciembre hasta finales de enero se podrá visitar la exposición de nuestra Asociación, “Juegos y Juguetes Antiguos”.