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YOLI, LA ALEGRIA DE AZUELO

Yoli ha fallecido, así, como suena de fuerte. A los 33 años hoy, 12 de febrero de 2014, ha fallecido en Bilbao, donde residía con su madre, Mariví,…
12 Febrero, 2014

Yoli ha fallecido, así, como suena de fuerte. A los 33 años hoy, 12 de febrero de 2014, ha fallecido en Bilbao, donde residía con su madre, Mariví, y su hermano, Asier, la azueluca Yoli Crespo Rodríguez .

Yoli era hija del azueluco Andrés Crespo Sánchez, que falleció también muy joven con cuarenta y pocos, y la espronceducha Mariví Rodríguez Pérez de Pipaón, estudió Magisterio y ejerció su profesión en Navarra mientras su larga enfermedad, una leucemia, se lo permitió.

Yoli era la alegría personificada. Su larga enfermedad no le quitó arrestos para salir con sus amigos y amigas entre unas y otras estancias en el hospital, donde pasó largas e intermitentes “vacaciones”, como ella decía, en un hotel a gastos pagados.

Yoli fue consciente desde el primer día de que su enfermedad era grave y larga, por eso se armó contra ella e intentó superarla por todos los medios. Aguantó varios trasplantes de médula que le daban esperanza de vida, pero más pronto o más tarde su organismo los rechazaba, hasta que por fin no ha podido soportar más.

Yoli fue una joven valiente, que cogió su enfermedad por los cuernos y trató de dominarla. La de Yoli no ha sido una muerte anunciada. Ella transmitía confianza a quienes la rodeaban, familia y amigos; hablaba de su enfermedad con naturalidad, colaboraba en charlas y acciones para informar sobre la donación de médula, ante su adversidad se crecía y lo mismo se plantaba un sombrero cordobés que un pañuelo para proteger su “melena” cuando la quimio apretaba.

Yoli era una joven dinámica y activa que lo mismo participaba de solista con el conjunto de su hermano Asier, que organizaba juegos para los peques. Es socia de nuestra Asociación, fue nuestra primera “chica del calendario”, calendario que todos los años edita la Asociación y que muchos de sus socios aún conservan y coleccionan; le gustaba participar en sus actividades, la última fue en la Fiesta de La Matanza del año pasado,  este año Yoli faltará a la Matanza y la echaremos en falta.

Yoli hoy nos ha dejado, pero estamos seguros de que andará vagando por la Peña de Codés, Peña que es el telón de fondo de sus dos pueblos, Azuelo y Espronceda. La Peña hoy ha amanecido toda blanca  como homenaje a Yoli. Desde allí, desde la Peña, Yoli cuidará a sus dos queridos pueblos, y desde ellos, sus familiares y amigos cuando alcen la vista hasta el pico de Yoar podrán recordar a Yoli.

Tras la lamentable y luctuosa pérdida de esta azueluca y con poca resignación por lo cruel que ha sido la enfermedad con ella, no podemos por menos que enviar nuestro más sentido pésame a su madre, Mariví, a sus hermanos, Asier y Amaya, a sus abuelas, tíos y primos, y decirles que estamos con ellos estos días tan duros que estarán pasando viendo impotentes como su Yoli, nuestra Yoli se iba ya que la ciencia se proclamaba impotente para conservarle la vida. Un abrazo para todos, especialmente para su madre y hermanos.