VII MARCHA RUTA DE LOS LAVADEROS

19 Junio, 2014

Un año más, y ya van siete, las asociaciones Katxupin de Espronceda, Nuestra Sra. de Collantes de Aguilar de Codés, Peñablanca de Torralba del Río, Grupo de Senderismos de Bargota y Santa Engracia de Azuelo organizaron la VII Marcha Ruta de los Lavaderos que tuvo lugar el día 14 de junio.

Siete años ha costado que esta actividad fuese reconocida y divulgada, que no patrocinada, por las instituciones. Así este año la hemos visto publicitada en la página web oficial de Turismo de Navarra, gracias a la Oficina de Turismo de Estella, y en el periódico El Diario Vasco en esa campaña turística que está haciendo a nivel nacional el Gobierno de Navarra. Llegaron senderistas de Tolosa y Zumárraga. Navarra TV emitió un reportaje sobre esta ruta y se recreó una escena de las mujeres de Azuelo lavando en el “pozo”.

Nuestra Asociación, a través de su página web, y los periódicos regionales publicitan esta marcha, que si el año pasado ya vino un grupo nutrido de franceses a realizarla, este año un grupo de senderismo de Tolosa la realizó a finales de mayo.

El 31 de mayo en Bargota y el 7 de junio en Azuelo se presentó el DVD, “LA RUTA DE LOS LAVADEROS” editado por nuestra Asociación. El DVD consta de cuatro apartados, el primero presenta “CODÉS Y LA PEÑA DE YOAR” como aglutinantes de estos pueblos, el segundo presenta “PUEBLOS, PAISAJE Y ENTORNO”, el tercero “EL CAMINO”, el cuarto y último trata “EL AVITUALLAMIENTO”.

El objetivo de esta marcha es triple. Uno, practicar el senderismo por bellos paisajes de cerros y valles entre campos de cereal y viñedos, disfrutando de espectaculares vistas de la Sierra de Codés y del Valle del Ebro. Dos, difundir y dar a conocer el patrimonio rústico menor de estos pueblos como son los lavaderos, todos recuperados tras largos años de abandono, las chozas de labranza esparcidas por las piezas, algunas ya abandonadas, fuentes y aljibes. Tres, disfrutar de un día de convivencia entre las gentes de estos pueblos que aun estando unos junto a otros a veces, por la ajetreada vida que llevamos, no se dispone de tiempo para conocer a nuestros vecinos.

Eran las nueve cuando sesenta seis senderistas, pertrechados para afrontar la marcha dejaban atrás el Monasterio de San Jorge de Azuelo y tras pasar por la hermosa fuente de Las Pilas, donde se estableció la “photocall” posando varios de los participantes para llevarse un recuerdo de esta singular fuente, llegaron hasta el Alto de Garañango avistando Bargota. Desde allí, un largo descenso los llevó hasta el frontón cubierto de Bargota donde según iban llegando se sentaban a disfrutar de un sabroso almuerzo, nada de bocadillos, un almuerzo de cuchillo y tenedor, dos huevos fritos con panceta y el vino “Joanes de Bargota”. Tras reponer fuerzas prosiguieron el itinerario visitando el monumental lavadero de Bargota y ascendiendo de nuevo por el valle llegaron a la cota que divisa Espronceda a donde llegaron a las once y media y cuyo lavadero, como el año pasado, estaba vacío y un poco guarrete. De Espronceda pusieron rumbo a Codés llegando a Torralba y tras visitar el Lavadero de la Fuente y el de La Lusa y después de avituallarse de agua y fruta se dispusieron a afrontar la última parte del recorrido. Era mediodía cuando llegaban de nuevo a Azuelo terminando el recorrido que según algunos de los senderistas superaba los quince kilómetros llegando casi a los diecinueve ya que lo habían medido con “artilugios” modernos, y tras visitar sus dos lavaderos y sacarse alguna foto de grupo se cambiaron de ropa para asistir a la comida.

En el Granero de Azuelo tuvo lugar la comida de hermandad entre todos los asistentes teniendo como plato fuerte una paella mixta de pollo y marisco precedida de entrantes y ensalada fría y continuada con dulces postres, café y licores. El cocinero de Azuelo, José Mª Ochoa, presentó dos enormes paellas de las que dieron buena cuenta los senderistas.

Tras la comida, una descansada y prolongada sobremesa puso fin a la jornada que une pueblos acortando distancias entre sus gentes relacionadas por medios de vida de antaño que tenían en común la vida social que se hacía entonces en los lavaderos y en los anexos pilones o abrevaderos para el ganado. Una jornada de convivencia que en todos los asistentes dejó un grato recuerdo y en la despedida la frase que más se oyó fue ¡Hasta el año que viene! ¡No! ¡Que antes nos veremos en Bargota, en “La Brujería”!