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VICTOR ANCIN

El día 7 de enero de 2019 falleció en Los Arcos a los 75 años de edad Víctor Ancín Zurbano. Víctor era el esposo de la azueluca Isabel Díaz de…
22 Enero, 2019

El día 7 de enero de 2019 falleció en Los Arcos a los 75 años de edad Víctor Ancín Zurbano.

Víctor era el esposo de la azueluca Isabel Díaz de Cerio Crespo, hija de Rufino y Marcelina. Isabel tiene tres hermanos, Pablo, Ignacio y José Antonio. Marcelina enviudó siendo aún muy joven por lo que sus hijos disfrutaron de una niñez muy corta, ya que a temprana edad tuvieron que colaborar con su madre para salir la familia adelante en un ámbito rural y de escasos recursos ayudando en las labores del campo, en las familiares y en el cuidado de los animales domésticos.

Isabel, la mayor, acudía los domingos por la tarde con sus amigas a Los Arcos, entonces punto de encuentro para la juventud de todos los pueblos en un radio de cincuenta kilómetros en la sala de fiestas Margar. Fue en Los Arcos donde Víctor e Isabel se conocieron y se casaron pocos años más tarde. Este matrimonio ha tenido dos hijos Alfredo y Rubén.

Víctor, albañil desde joven, aprendió muy bien el oficio en aquellos tiempos en los que se iniciaba el oficio desde aprendiz de la mano de un buen oficial albañil o cantero, como también se les llamaba entonces. Y de albañil se jubiló trabajando en Pamplona.

Víctor e Isabel se asentaron en Estella para evitar recorrer kilómetros al albañil en sus traslados al trabajo diario. Mas a Víctor le tiraba su pueblo, Los Arcos, y en él se construyó una gran casa a donde se trasladó a vivir desde Estella para cultivar su pasión, la huerta. Tras su jubilación Víctor practicó el deporte de los jubilados en los pueblos “manejo de azada”. En este deporte fue un campeón, su huerta y sus olivos eran de llamar la atención tanto a los entendidos del campo como a los que no lo son. Mas no sólo fue un campeón de la azada, también destacó en otro deporte propio de jubilados, “los bolos”. Hay en Los Arcos mucha afición a este deporte y todos los años se organiza un campeonato que Víctor ganó e hizo primeros puestos en más de una ocasión.

Si a Víctor le tiraba su pueblo, a Isabel le tiraba el suyo, el nuestro, Azuelo. Aquí venían muy a menudo a visitar a Marcelina y a participar en las actividades que la Asociación Santa Engracia, de la que son socios, organiza a lo largo del año, desde la Matanza hasta las excursiones.

Víctor, hombre sensato, jovial, comedido y parco en palabras, se cuidaba todo lo que en su mano estaba, ni humo ni alcohol, sí buen plato, mas el deporte de la azada y su fisonomía le permitían mantener un tipo estilizado destinado a vivir una prolongada vejez y disfrutar de sus nietos, pero el destino quiso que el día 7 de enero fuese el último de su vida de una forma fulminante. Víctor nos dejó de una forma tan rápida que tanto su esposa, hijos, nietos, familia y amigos quedaron anonadados e incrédulos de lo acontecido. Esta vez la muerte si que vino sin avisar y dejó compungido a todo el círculo social que rodeaba a Víctor. Es por ello por lo que nos unimos al dolor producido por el deceso de Víctor y queremos compartirlo con sus seres más queridos, Isabel, su esposa, sus hijos Alfredo y Bea, Rubén, sus nietos Eneko y Lucía, hermanos, familiares y amigos y les enviamos a todos condolencias desde la página de nuestra asociación, de su Asociación Santa Engracia; para todos ellos un abrazo.