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PEPE LUIS, EL SOCIO 201

Hace unos días nuestra Asociación alcanzaba los 200 socios. Así lo hacíamos constar en nuestra página web. Entonces hacíamos un llamamiento a todos…
04 Marzo, 2011

Hace unos días nuestra Asociación alcanzaba los 200 socios. Así lo hacíamos constar en nuestra página web. Entonces hacíamos un llamamiento a todos los azuelucos y azuelucas esparcidos por todo el país y a todos los simpatizantes de nuestro pueblo, Azuelo, ofreciéndoles el integrarse en nuestra Asociación. La respuesta no se ha hecho esperar y ya se ha sobrepasado esta cifra.

 

Lo que hoy es noticia es que el socio 201 se ha inscrito desde Chile. El nuevo socio es Pepe Luis Díaz de Cerio Crespo, el hijo de Jaime y Angeles, que en su juventud emigró a Chile en busca de un mejor medio de vida del que aquí se le ofrecía.

 

Pepe Luis mantiene vivo el recuerdo de su pueblo; procura venir todos los años, y si son dos veces, mejor que una. Todos los días visita nuestra web y está al tanto de lo que acontece en Azuelo, hasta nos vio el año pasado en la Fiesta de la Matanza por el Canal Internacional de TVE.

 

Sus hermanos, José Manuel, Angelines, Gerardo y Visi también van a Chile a verlo, a él y a su familia, con cualquier excusa familiar o vacacional.

 

Pepe Luis también está presente en el recuerdo de todos los azuelucos, ya que cuando viene por Azuelo confraterniza con todos sus amigos recordando anécdotas y chascarrillos de su infancia y juventud en Azuelo ¡Qué tiempos aquellos!

 

Bienvenido a la Asociación, Pepe Luis, ¡Cómo ha cambiado Azuelo desde que te fuiste! Ya no hay caballos, ni bueyes, ni cabras, ni cerdos, ni conejos, ni gallinas…, sólo hay “molinos” por los cogotes de la Sierra. Eso sí, tenemos la Choza de los Pastores y el Corral de Ganuza para en animadas tertulias en verano o en invierno alrededor de la mesa y junto al fuego, si hace frío, comentar el devenir de nuestro pueblo.

 

Pepe Luis, para ti esta coplas de nuestro acordeonista Aurelio, “El último trovero de Tierra Estella”, con el que tantas rondas dio tu padre por el pueblo acompañándole rasgueando su guitarra, porque aunque no las hayas cantado, estamos seguros de que las habrás tenido muchas veces en tu cabeza.

 

Adiós Azuelo querido,

cuándo te volveré a ver,

estás en mi pensamiento

y jamás te olvidaré

 

Si acaso algún día voy lejos,

donde quiera que me pueda encontrar,

a mi pueblo, Azuelo, lindo y querido

jamás, nunca lo podré olvidar