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MIGUEL ANGEL CRESPO RUIZ

               El día 16 de enero de 2014 falleció en San Sebastián el azueluco Miguel Angel Crespo Ruiz a los 68 años de edad. Miguel Angel era…
18 Enero, 2014

               El día 16 de enero de 2014 falleció en San Sebastián el azueluco Miguel Angel Crespo Ruiz a los 68 años de edad.

Miguel Angel era hijo del azueluco Ezequiel y la torresana Julia. Ezequiel emigró en su juventud a San Sebastián y allí se estableció primero como conductor de trolebús y enseguida de electricista con una formación autodidacta que le hizo prosperar de tal forma que a finales de los cincuenta llegó a Azuelo con su flamante Seat 600 que había sustituido a la humilde bicicleta con la que se desplazaba por San Sebastián.

Ezequiel se casó con una hermosa joven de Torres del Río, Julia, que falleció muy joven, a los 28 años, y dejó a Ezequiel con dos hermosas criaturas, sus hijos, Miguel Angel y José Javier.

Hoy Miguel Angel nos ha dejado, José Javier lo hizo también joven, a los 47 años. Miguel Angel y José Javier fueron dos niños donostiarras con mucha suerte, ya que tenían un pueblo, Azuelo, donde pasar los veranos con sus abuelos,  Casto y Justina, sus tíos y primos, mientras su padre se dedicaba a reparar cafeteras y colocar antenas de televisión en San Sebastián.

Miguel Angel recordaba siempre a Azuelo como su pueblo donde de niño y de joven había disfrutado de la naturaleza y de la cuadrilla de amigos cogiendo, nidos, “capando” limacos, robando cerezas, bañándose en el pozo de Las Arcas, montándose en el trillo en la era, yendo a por berzas con el caballo y hasta corriendo de vez en cuando delante del guarda, su tío Eleuterio, cuando visitaban algún peral del vecino con su cuadrilla.

Miguel Angel siguió la profesión de su padre, electricista, y la ejerció hasta que la enfermedad le obligó a dejarla. Fue Miguel Angel una persona alegre y jovial siempre dispuesta a hacer favores y a colaborar en obras sociales; así fue como se dejó una poblada barba que la ponía todos los años al servicio de su parroquia para transformarse en el rey mago Gaspar y visitar las residencias de ancianos. Su carácter alegre lo manifestaba en Donostia sobretodo en dos ocasiones, la víspera de San Sebastián, vestido de cocinero, y en carnavales disfrazado todos los años con los amigos de su cuadrilla.

Miguel Angel es el primer azueluco que nos deja este año. Ojalá que sea el último. El era un componente de esa colonia de azuelucos que vive actualmente en Donostia. En sus últimos días añoraba Azuelo y hacía propósito de visitarlo si la enfermedad se lo permitía. Propósito que no se va a hacer realidad. Nosotros lo recordaremos siempre y más cuando visitemos su Donosti y paseemos por sus playas, en las que otros dos azuelucos, Víctor y Tomás Acha Briones dejaron sus huellas.

Desde aquí queremos hacer llegar nuestro más sentido pésame a su esposa, Ana Mari, a sus hijas Nerea e Irene, a su hermana Amaya, primos y demás familiares.