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LOS BUITRES VISITAN AZUELO

                El 21 de septiembre un “rebaño” de buitres amaneció en las Eras de Arriba. Durante más de dos horas se quedaron contemplando el…
22 Septiembre, 2010

                El 21 de septiembre un “rebaño” de buitres amaneció en las Eras de Arriba. Durante más de dos horas se quedaron contemplando el pueblo hasta que nos vieron llegar y decidieron levantar el vuelo. Los de las Eras de Arriba nunca habían visto tanto buitre y tan cerca del pueblo, contaron más de doscientos. Por lo visto la víspera tuvieron “banquete”, aunque por el número que acudieron debió de ser un gran banquete ya que con la barriga llena les era imposible volar. ¿Cuál fue el menú? ¿Oveja, cerdo…?

  El buitre siempre ha vivido en nuestra Peña; la colonia de buitres de la Peña llegó a ser muy numerosa hasta que cerraron la buitrea de Torralba y tuvieron que emigrar en busca de comida a las zonas donde tienen los “comederos”. Ahora de vez en cuando se ve alguno, pero lo del día 21 fue “demasié”. ¡Cuántos y qué grandes!, decía Pilarín. ¡Qué miedo! decía Fina la de Miguel Angel. Pues ¡Vaya! decía Cirpriana ¿Es que no habéis visto nunca buitres? Sí, en Azuelo hemos visto buitres desde siempre; en la memoria de muchos azuelucos aún está el muladar que había junto al río en la Torrién, donde echaban los bueyes o caballerías que morían para que allí se pudriesen y no se pudrían porque los buitres daban buena cuenta de ellos.   El muladar de Azuelo era también un lugar de divertimento para los niños mayores y mozalbetes que allí se acercaban escondiéndose para que los buitres no los viesen llegar. Escondidos detrás de las tapias de las huertas esperaban a que los buitres se llenasen bien la panza y cuando ya la tenían como un balón de fútbol los niños y mozalbetes gritando les tiraban de lejos con los tirabiques y luego acercándose las arreaban con palos y con piedras. Los buitres se espantaban y los que habían comido menos levantaban el vuelo con sus potentes alas. Otros tenían que correr unos metros para coger carrerilla como los aviones. Algunos habían comido tanto y tenían la panza tan hinchada que les era imposible levantar el vuelo; eran estos los que más palos recibían hasta que con gran esfuerzo conseguían elevar el vuelo y abandonar el muladar.  

               Lo cierto es que la llegada de los buitres levantó expectación entre los pocos vecinos que aún quedaban en las Eras de Arriba, como la levantaba antes cuando les echaban de comer en la buitrera de Torralba. En muchas zonas de Navarra y comunidades vecinas existen observatorios de buitres que son un atractivo más para el turismo rural. ¿Por qué no se abre de nuevo la buitrera de Torralba y se pone un observatorio de buitres en Los Peñecos? Nuestra Peña con buitres, sería más Peña y habría un aliciente más para visitarla. Por cierto, ¿Sabías que este año una pareja de buitres han criado en un nido en Las Dos Hermanas?