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FLORA

El día 18 de marzo de 2018 falleció en Logroño la azueluca Flora Acedo Merino a los 87 años de edad. Flora estuvo casada con Eugenio Sánchez,…
26 Marzo, 2018

El día 18 de marzo de 2018 falleció en Logroño la azueluca Flora Acedo Merino a los 87 años de edad.

Flora estuvo casada con Eugenio Sánchez, también azueluco ya fallecido. Este matrimonio tuvo tres hijas, Luci,  Chelo y Fabi.

Flora con su hermana Mari se quedaron pronto huérfanas de padre. Mari se quedó con su madre, Lucía, y Flora se fue a Madrid con su tía Eustolia. Pasó unos años en Madrid hasta que de regreso a Azuelo se enamoró de Eugenio y se quedó a vivir en Azuelo. Su paso por Madrid le dejó un poso que ella cultivó toda su vida, siempre le gustaba ir bien arreglada, sus vestidos, su pelo… y sobretodo sus labios con un fuerte carmín, que no abandonó hasta el día de su fallecimiento.   En Azuelo Flora y Eugenio, como la mayoría de sus vecinos, se dedicaron a la agricultura. Una agricultura de subsistencia cultivando pocas fincas y complementada por las cuatro cabras, la cocha criadera, las gallinas y el caballo. Al llegar la mecanización del campo a Azuelo a finales de los sesenta, Flora y Eugenio hicieron su maleta, abandonaron el pueblo y se trasladaron a Bilbao en busca de mejor medio de vida para ellos y sus hijas. Ambos trabajaron de porteros hasta su jubilación; él en un edificio de oficinas, ella en una casa de vecinos.   Tras su jubilación se trasladaron a vivir a Logroño, muy cerca de Azuelo y mientras la salud se lo permitió pasaban grandes temporadas en el pueblo atendiendo su huerta y cuidando la casa que nunca abandonaron y remozaron.   Flora era una virtuosa de la aguja. Le gustaba coser, se hacía sus vestidos y los de sus hijas, pero en lo que sí destacó fue con las agujas de hacer punto manejándolas a pares para tejer jerséis, chaquetas, bufandas, calcetines y hasta alguna falda. Esta afición la llevó a tejer y tejer y tejer chaquetitas y calcetines para niños necesitados en su parroquia de Logroño. Su afición a la costura la manifestó en la gran colección de dedales de todo el mundo que ella atesoró y que estuvo el año 2013 en la exposición “La plancha y la aguja” que la Asociación Santa Engracia montó en la casa de La Conrada   Su carácter jovial y alegre, dotado de grandes dosis de positivismo le permitió que la sonrisa y hasta la carcajada las tuviese siempre en los labios. Le gustaba colaborar en las actividades que se hacían en Azuelo participando en todas las que podía. ¡Qué ricos los canutillos que hacía para el postre de La Matanza! Fue socia hasta su fallecimiento de las dos asociaciones de Azuelo, la Asociación C.R. Santa Engracia y la Asociación C. Monasterio de San Jorge. El año 2009 la Asociación Santa Engracia le rindió un homenaje como mujer labradora de  Azuelo. Nunca faltó a la celebración del Día de la Mujer ni el Día de Nuestros Mayores.   Flora se ha ido y con ella también se va un poco más de Azuelo, que cada día se queda más vacío. Ojalá su casa siga abriéndose como hasta ahora y sus hijos y nietos continúen con el amor que ella tuvo a su pueblo.   Desde aquí hacemos llegar nuestras más sentidas condolencias a sus hijos, Luci y Martín, Chelo y Nico, Fabi y Paco, a sus nietos, biznietos y todos sus familiares por la pérdida de esta azueluca tan querida por las gentes de Azuelo que siempre la recordarán sentada en la tertulia del asiento de “Casa la Flora”