FIESTAS DE AZUELO 2018

26 Septiembre, 2018

Del 17 al 19 de Agosto se celebraron en Azuelo las Fiestas Grandes de 2018.

Durante tres días se abrieron muchas de las casas del pueblo que permanecen cerradas durante el año, aunque algunas no se abrieron ni en estos días. Tres días de bullicio infantil ¡Hay que ver lo que cunden los niños! Y si son pequeños más aún, con sus coches y sillas, Tres días de abuelos pendientes de los nietos. Tres días de jóvenes padres liberados de sus retoños por unas horas para poder tomar una cerveza tranquilos con sus amigos y recordar sus chascarrillos y aventuras vividos en sus infantiles y jóvenes fiestas de Azuelo. Sí, tres días en los que más disfrutan son los niños y los jóvenes, unos con ilusiones de juegos y otros sin mirar al reloj tanto de día como de noche, moviendo un poco el esqueleto al son de la música y levantando vidrio lleno de cerveza.

El primer día, el 17 se inició como ya es tradicional con partidos de fútbol de niños y niñas contra los de Desojo, Torralba, Espronceda. Tras el fútbol tuvo lugar en la Plaza el show “Magia en el museo” a cargo de unos jóvenes artistas de Logroño que lo hicieron muy bien. Chupinazo amenizado por la charanga Ultreya y la fiesta de la espuma en la Plaza para jolgorio y disfrute de niños y jóvenes y.. ¡Mírame y no me mojes! de padres y abuelos. Este año hizo más fresco de lo que se esperaba y la fiesta de la espuma fue un poco “pasada por frío” no apeteciendo terminar en los lavaderos y en el pilón con tanta euforia como en otras ocasiones. Por la noche cena popular y verbena con “Sukar Taldea” que repitió este año, cerrando la sesión de baile con la elección de Miss y Mister Azuelo

El sábado, día 18, día grande de las fiestas. Por la mañana hinchables en la Plaza para los peques, y para los mayores volteo de campanas, misa con procesión y aperitivo en la Plaza amenizado con la presencia del “Mariachi Internacional Acapulco” que ofreció un buen repertorio del folklore mexicano. Por la tarde juegos, disfraces y chocolatada para los niños y por la noche música enlatada  con Disco Morabal.

El último día, el domingo día 19. Día de almuerzo tranquilo en el Patio de la Conrada tras limpiar y ordenar el bar de la Asociación hasta la hora de misa. Los pequeños se levantaron pronto porque el  Parque Infantil Trampolín habría sus puertas con sus hinchables, sus karts y su toro mecánico. Tras la misa el pasacalles con la charanga Ultreya de Viana, que también repitió este año, por las calles del pueblo. Por la tarde el Mundo Mágico de Trampolín con unos payasos que ya son tan familiares para los niños de Azuelo, por los años que van viniendo, que se saben todo el repertorio de chistes que llevan. Algún año habrá que homenajear y agradecer a Trampolín su participación durante tantos años en las fiestas de nuestro pueblo. Al atardecer chistorrada en la carretera y se acabaron las fiestas.

Unas fiestas con cantidad de niños pequeños. Ojalá sigan viniendo los fines de semana porque serán quienes traigan a sus padres y abuelos. La espuma, los lavaderos, los juegos, los disfraces, la chocolatada, los hinchables, los karts… para los peques han ocupado las horas del día; las horas de la noche han sido para la gastronomía de los mayores y la música de los jóvenes. Las charangas alegraron las calles. La abundancia de aperitivos, hubo todos los días, y la chistorrada ofrecidos gratuitamente por el Ayuntamiento evitaron que muchos comiesen o cenasen en casa esos días. Tres días esperados por muchos azuelucos para venir a su pueblo en un señalado fin de semana. Y es que muchos llegaron el mismo viernes y se marcharon el domingo por la tarde. ¿Por qué no vendrán para estar más días en Azuelo, si agosto es un mes de vacaciones? El lunes Azuelo se quedó vacío, como ha estado todo el verano, y volvió a la realidad del día a día, la soledad de sus calles y las casas cerradas, tras el espejismo vivido durante las fiestas.

La Asociación Santa Engracia, también como todos los años, montó su terraza en el Patio de la Conrada, la “Casa Encantada de Azuelo”, convirtiéndola en un agradable punto de encuentro con su “zurracapote” como en los mejores tiempos de las Fiestas de Azuelo. La afluencia al Patio de La Conrada fue grande a la hora del vermut, después de siesta o las veladas nocturnas.