EXCURSION A PERU HARRI Y SAN MIGUEL DE ARALAR

13 Septiembre, 2016

El día 9 de julio tuvo lugar la excursión programada por la Asociación Santa Engracia a la Sierra de Aralar con los puntos de interés localizados en el entorno de Lekunberri y Leitza.

Tras partir de Azuelo y recoger excursionistas en Espronceda, Desojo y Los Arcos el autobús se detuvo en el área de descanso de Cirauqui donde los viajeros dieron buena cuenta de un suculento almuerzo a base de jamón, queso, tortilla y aceitunas con vino de Bargota. Reanudado el viaje llegaron a Pamplona y allí tomaron la dirección a San Sebastián. Tas pasar Irurzun por el Paso de Dos Hermanas el paisaje cambió repentinamente y los secarrales de la Cuenca de Pamplona dieron paso a los verdes prados y exuberante vegetación.

Llegaron los turistas a Lekunberri y tras visitar la estación del Plazaola, centro de interpretación de esta vía verde, ascendieron hasta Etxarri donde visitaron  la Quesería Bikain acogida a la Denominación de Origen de Idiazábal. En dos grupos recorrieron sus instalaciones; cada grupo tuvo de guía a uno de sus dueños que les fue explicando la elaboración del queso. Esta quesería es propietaria de 500 ovejas latxas. Las ovejas son ordeñadas todos los días, y con esa leche cruda se elabora a continuación el queso. Se recibe la leche a unos 30º y se le añade el cuajo. Este se obtiene del estómago del cordero de leche, que se sala, se tritura y se seca, para luego ser diluido en agua. Sólo se necesita una cucharilla de cuajo para cada 100 litros de leche. En los primeros 15 minutos la leche empieza a cuajar y en dos horas el proceso ya ha finalizado. El producto se mantiene durante unas 8 horas a una temperatura baja y constante. Posteriormente se remueve para separar el suero de la leche, aproximadamente durante una hora.

El proceso es natural y diario, avalado por muchos años de experiencia y por un producto de primera calidad como es la leche de la oveja latxa que los excursionistas acababan de ver pastar a pocos metros del caserío.

De la estancia donde se elabora el queso pasaron a las cámaras donde descansan. Según el tiempo de reposo tendremos quesos de menor a mayor curación. Por la humedad criarán moho los más viejos, pero éste se seca y se cepilla para dejarlo limpio antes de ser comercializado. Un momento especial fue visitar el dormitorio de quesos.

Tras la explicación del proceso pasaron a la cata. Y a las preguntas, a la conversación, y esas cosas que surgen siempre en torno a los quesos. Algunos tenían curiosidad por conocer los orígenes del Idiazábal ahumado. Parece ser que se debe al sabor que tomaba en los caseríos cerca del fuego. Otro descubrimiento fue el requesón curado y elaborado con finas hierbas que los visitantes degustaron. Antes de partir de Bikain hicieron acopio de quesos para su degustación y la de sus familias.

Desde Etxarri partió el autobús hacia la Cueva de Mendukilo. Llegó el autobús al aparcamiento de la Casa de Acogida al pie de la entrada a la cueva. Una simpática guía les acompañó en todo el recorrido. Iniciaron el itinerario en Artzainzulo (refugio de pastores) sala de gran volumen que permite la luz natural. Por pronunciadas rampas accedieron a Laminosin (sala de los lagos) gran sala de estalactitas y estalagmitas. Unas largas y empinadas escaleras los condujeron a lo más profundo de la cueva, Herensugearen Gotorlekua (La Morada del Dragón), una descomunal sala de 60 metros de largo por 20 de alto. Fue entonces cuando se apagaron las luces y los excursionistas aguardaron unos minutos inmóviles y en silencio en el que sólo se escuchaba el murmullo de las entrañas de la tierra roto al final por el comentario humorístico de Paco El Carpintero de Espronceda.

Salieron de la cueva y tomaron la dirección del Santuario de San Miguel ascendiendo durante catorce kilómetros por la Sierra de Aralar hasta los 1,341 m. de altitud  en que se encuentra el Santuario. Al llegar al Santuario una guía les acompañó y les explicó la historia y la leyenda de este santuario. El templo románico tiene su primera referencia en 1032 aunque hay trazas de tiempos visigodos cuando Teodosio de Goñi, caballero que vagaba por Aralar arrastrando unas pesadas cadenas en penitencia por haber matado por engaño del demonio a sus padres. Invocó Teodosio a San Miguel para vencer al demonio que se le apareció en forma de dragón. El arcángel lo mató y entregó al caballero la figura con que se le había aparecido. Teodosio, absuelto de sus pecados, levantó allí el santuario de San Miguel in Excelsis, convirtiendo así un lugar de culto religioso desde la Prehistoria en punto referencial  del cristianismo.

Al santuario de San Miguel subían los matrimonios que querían tener hijos. En él existía una piedra, hoy desaparecida, sobre la cual se colocaba la mujer deseosa de tener descendencia, y allí, sentada, oía la misa, que era celebrada en el altar del santo ángel. Ninguna de las excursionistas oyó misa en San Migue, así que no hay descendencia solicitada. En el lado derecho del altar de la capilla central existe un ventanillo u orificio que comunica con un hueco de poco fondo. La gente cree que llega hasta la sima sobre la cual se supone que está construido el santuario. Muchos devotos introducen allí su cabeza y rezan un Credo a fin de verse libres de dolores de cabeza. Algunas excursionistas si que introdujeron la cabeza en el orificio. Junto a la puerta meridional de la citada capilla central penden de la pared unos supuestos trozos de cadena del caballero Teodosio de Goñi. Muchos romeros que acuden dan tres vueltas alrededor de aquéllos, con lo que también esperan evitar dolores de cabeza. Algunos excursionistas también probaron el rito de las cadenas.

Comieron los excursionistas en el restaurante de la hospedería del Santuario disfrutando de las bellas vistas que desde allí se apreciaban sobre La Barranca y Sakana. Después de comer partieron hacia Peru-Harri en Leitza donde les esperaba Iñaki Perurena para pasar con ellos la tarde. Lo que ocurrió esa tarde lo podrás ver en UNA TARDE CON IÑAKI PERURENA en esta misma página.