Es una de las partes más hermosas del templo. Era la primitiva entrada para los feligreses y por ella se accedía hasta el siglo XVIII. Los monjes tenían otras dos entradas por el costado sur. Esta entrada tiene un conjunto de archivoltas con varias columnas; cada una es distinta, tanto en el capitel como en el fuste y la basa. En el tímpano aparece un crismón un tanto desdibujado. En sus archivoltas se pueden contemplar bolas, follaje, hojas y otras labores románicas. Los arcos son de medio punto. Dos baquetones de gruesos toros voltean sobre el arco y se apoyan sobre dos columnas a cada lado. Los capiteles, uno corintio y otro iconístico, representan aves afrontadas. La bóveda que corresponde a este atrio, se levantó muy posteriormente, en el año 1.702. Esta puerta estuvo recubierta de gruesa capa de cal hasta el año 1.968 en que se inició la reaturación del templo. El pórtico sur se mandó construir en 1.605, precisamente para resguardar las urnas de las Reliquias que se sacaban fuera de la iglesia, cuando se acercaban ciertos nublados y pedriscos.
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